Atrás quedan los antiguos lagares para prensar la uva y las grandes cubas donde se trasegaba el vino. También cayeron en desuso aquellas laberínticas bodegas subterráneas en busca de una temperatura homogénea de conservación. Afortunadamente, el paso del tiempo no ha borrado estas huellas y hoy forman parte del patrimonio de la Bodega Alvides.
Pero nuestra historia, comienza con dos pequeños viñedos y una humilde pareja de campesinos de Villalba de Duero. Concretamente con las fincas de “La Virgen” y “Mirabueno” de no más de media hectárea. Heredadas por Eutimio Casado e Isabel Hernando, primera generación de la bodega, en la década de los 60. El propósito siempre fue que el esfuerzo redundara en ampliar esas fincas.